viernes, 5 de febrero de 2010

Cai Guo-Quiang

Este artista expone y ha expuesto numerosas obras e instalaciones en el Guggenheim de Bilbao
http://www.20minutos.tv/video/fgmnyHW4-el-guggenheim-desafia-a-la-gravedad/0/

Artista nacido en plena Revolución Cultural china, Cai Guo-Quiang tiene en su obra una muchas influencias de diversos origenes que le convierten en un creador conocido tanto en Oriente como en Occidente. Como él mismo reconoce en una entrevista publicada en el número 123 de la revista Descubrir el Arte y que firma Kristian Leahy, el hecho de nacer en una zona alejada del epicentro pequinés, le permitió mantenerse en contacto con las tradiciones locales de su provincia, además de recibir, gracias a la existencia de un puerto marítimo, ideas provenientes de otros países, además de vivir en una zona de coexistencia entre el budismo y el taoísmo. Hechos todos ellos que serán determinantes en su obra.
Su devenir artístico se inició con sus estudios de escenografía en Shangai, ciudad desde la que saltará a Japón y de ahí a los Estados Unidos, donde está afincado en la actualidad. En esa ciudad se producirá su despegue artístico, después de ser finalista del premio Hugo Boss del Museo Guggenheim, y al que se unió, tres años más tarde, en 1999, el León de Oro de la Bienal de Venecia, y en 2007 el Premio de Arte Hiroshima.
En la milenaria cultura china la pólvora ocupa un lugar muy especial, y ese es uno de los ingredientes básicos de la obra de Guo-Quiang. A este respecto, en la entrevista ya citada dice: “La pólvora representa fundamentalmente con su detonación de lo que trata el Big Bang y el comienzo de las cosas, pero al mismo tiempo lo que la explosión de la pólvora origina más tarde es una transformación y una transmisión de energía donde algo cambia de un formato a otro; este proceso es algo que puedo usar para poder interactuar con el tiempo y el espacio. La pólvora y las explosiones son básicamente como un vehículo y un modo de hacer esa conexión con los acontecimientos, fundamentales que originaron el Universo.”
Este artista valora mucho la capacidad transformadora, no la destructiva, que tiene la pólvora y lo impredecible del resultado final. Es frecuente ver cómo utiliza ese material sobre lienzos en blanco o sobre óleos en los que aparecen figuras o siluetas humanas, sobre los que quedan las huellas de las pequeñas explosiones producidas por la pólvora.
También son muy conocidas sus instalaciones, como las que se pueden ver en el Guggenheim Bilbao hasta el próximo mes de septiembre, empezando por los ocho coches colgados del techo que representan el movimiento que se genera en un coche que hubiera sufrido la explosión de una bomba, y con la que busca representar “una idea de inseguridad y un sentimiento de conflicto, pero también una idea de belleza cuando todas las piezas se conectan unas con otras. Lo que trato de conseguir con esta obra es transformar el espacio en tiempo.”
La influencia de Joseph Beauys en la obra de Quang es muy evidente en obras como Head on (De frente, 2006), en la que podemos ver a un total de 99 esculturas que representan a otros tantos lobos a tamaño real, que reproducen los movimientos de caminar y saltar hasta estrellarse contra una pared de vidrio para volver al principio. Y es que para este artista, ese animal “es un emblema de heroísmo, fortaleza y valor, y representa para mí la historia colectiva de esa ciudad [Berlín] una visión tal vez trágica pero quizás optimista y esperanzadora.”






fuente: periódico 20 minutos









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