domingo, 22 de noviembre de 2009

retrato de giacometti


James Lord, Retrato de Giacometti. La balsa de la Medusa. Madrid ISBN:84-7774-620-6
El libro es un relato que cuenta Lord James sobre la experiencia que tuvo al trabajar como modelo durante 18 sesiones para Alberto Giacometti. Mientras posaba, James Lord escribía pequeñas anotaciones sobre reflexiones de giacometti y con ellas pudo escribir el libro.
Comienza con un prefacio de su hermano Diego GIacometti escrito el 20 de julio de 1981 en el que cuenta brevemente el contenido del libro y las sensaciones que le han causado al leerlo. Se estructura en 18 capítulos (las 18 sesiones que tuvo para pintar el retrato) y una nota final.
A Alberto le gusta hablar de su obra, de sí mismo, de sus relaciones sociales…con su modelo mientras pintaba y eso provocaba que éste hiciese lo mismo.
Su mayor y único deseo como artista era llegar a ser capaz de representar lo que ve, hacer tangible lo intangible (según expresa él), hacer que se vean en el cuadro las sensaciones. Por eso era descrito por los críticos como “artista existencial”. Estaba muy obsesionado en la reproducción de cabezas y rostros; de hecho el retrato quedó inacabado porque se centró mucho en la cabeza y lo demás lo dejó como un primer borrador. Además de trabajar en este retrato, hacía un busto de su hermano Diego, un retrato de Caroline, dibujos y esculturas… de los que después se encargaba su galerista.
Uno de sus máximos referentes fue Cézanne (impresionista) porque según dice, se siente muy identificado con él; al rajar sus lienzos como él hizo con sus 30 dibujos, y dejar sus obras sin terminar.
En todas las sesiones tenía una visión negativa de su cuadro, adoptaba actitudes de completa desesperación, incluso decía que no servía para pintar porque no le salía la cabeza de James Lord. Tuvo que rehacerla en todas las sesiones; pero se podía apreciar como el retrato alcanza su culmen para, después, en minutos, volver a diluirse. Incluso amenazaba con abandonar el cuadro o destruirlo.. Era una persona sencilla que no se daba importancia, no se valoraba como gran artista; se negaba a confiar en sus logros pasados e incluso le sorprendía que la gente de la calle le reconociese. Habitualmente desesperado, pensativo, observador, melancólico…
Siempre trabajaban con luz natural y cuando anochecía lo dejaban para el día siguiente. Solía dibujar sobre los libros o revistas. Trabajar bajo presión le llevaba a obtener mejores resultados ya que su amigo tenía que regresar a Nueva York y todavía no tenía terminado el cuadro. Le gustaba que el modelo le mirase para captar la expresión de sus ojos. El retrato finalmente se lo llevo su galerista.
Me ha parecido una buena obra, ya que tiene mucho contenido y a la vez es muy fácil de leer y entender. Nada mas empezar a leer me sentí muy ligada a la situación y a ambos. Algunas frases que me llamaron la atención durante la lectura las fui anotando : “lo más difícil es hacer lo que mejor conoces”, “un retrato solo puede conseguir cierto parecido de realidad”, “prefiero Las hilanderas a Las Meninas”, “solo los bizantinos y Cézanne sabían dibujar”, “si me acostumbro mucho a ver un rostro característico, los demás los encuentro raros” “¡mírame o déjame que te vea!” ...

Como me ha parecido interesante este artista he buscado una breve biografía para conocerle:
Alberto Giacometti fue escultor y pintor suizo. Nació en un ambiente artístico, ya que su padre, Giovanni, era un pintor impresionista. Se inició en el dibujo y la plástica en la Escuela de Artes y Oficios de Ginebra, antes de trasladarse a París para seguir los cursos de escultura en la Academia de Grand Chaumière. En París entró en contacto con el ambiente cubista, y más tarde con el grupo surrealista, del que formó parte de 1930 a 1935. Sus obras de este período fueron muy personales, se reconoce la idea surrealista del simbolismo de los objetos.
El abandono del surrealismo y la vuelta al arte figurativo fueron en el preludio de la llegada de Giacometti a su estilo más singular y característico, el que desarrolló a partir de comienzos de 1940. Aparecen entonces sus figuras humanas alargadas y de apariencia nerviosa, muy delgadas y de superficie áspera, a menudo de tamaño natural, que pueden estar representadas solas o en grupo.
Son estas obras las que han hecho de Giacometti uno de los artistas más originales del siglo XX, también en pintura, donde sus obras se caracterizan por figuras rígidas y frontales, simbólicamente aisladas en el espacio. En estas creaciones que representan la soledad y el aislamiento del hombre se ha querido ver un trasunto de la filosofía existencialista, y de hecho J.-P. Sartre, el máximo representante de la tendencia, reconoció en la obra de Giacometti algunas de sus ideas y escribió sobre ella. La familia y los amigos del artista fueron sus modelos preferidos, en particular su hermano Diego, al que reprodujo en numerosas esculturas, pinturas y dibujos.

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