El color destaca por su presencia cotidiana en todo lo que rodea al hombre, se da a conocer tanto en los objetos de creación humana como en la naturaleza.Desde las etapas más tempranas de la cultura humana, el hombre hizo uso consciente y variado del color, lo aplicó sobre las superficies rocosas de las cavernas e incluso, sobre su propia piel.
Los servicios que el color ha dado recorren una amplia gama de funciones, desde cubrir la superficie de un objeto, hasta representar simbólicamente una idea o un concepto.En todos los tiempos y pueblos de la tierra se ha evidenciado lo mucho que los colores han fijado la atención del hombre. Desde la prehistoria y antigüedad:
El salvaje pinta su cuerpo y armas con los colores más vivos que tiene a mano, utiliza las plumas de más brillantes matices y se desvive por las piedras preciosas y metales relucientes. Todos los pueblos, desde las edades más remotas, han procurado una vez establecidos en una región adornar con colores apropiados sus templos y sus monumentos.
Hoy destacan todavía los prodigios que en este arte decorativo realizaron los asirios y babilonios, y sobre todo los egipcios. Sorprende los numerosos productos colorantes que conocían y su habilísima manera de prepararlos para darles viveza, realce y hacerlos inalterables.
Los egipcios conocían una técnica llamada de mordiente, a través de la cual conseguían teñir un tejido con matices diferentes empleando una misma materia colorante.Muchos de estos secretos de la antigüedad se han perdido, y hoy día no se saben preparar muchísimos de los tintes que para la decoración de las piedras, mosaicos y tejidos usaron los antiguos, como no se conocen las maneras que tenían de preparar muchos de sus brillantísimos colores los antiguos mexicanos y peruanos.Muchas de estas materias colorantes llegan a alcanzar una fama imperecedera, cual sucedió en la célebre púrpura de Tino, cuya verdadera preparación hoy se desconoce, se sabe únicamente que las había de varias especies y que procedían de materias colorantes suministradas por ciertos moluscos, es muy probable que entrasen también en la preparación algunas sustancias vegetales.El número de productos colorantes que los antiguos conocían y preparaban eran, sí se han de crear ciertas relaciones, muy superior a los que actualmente se emplean, a pesar de los grandes progresos que las industrias ofrecen. Los antiguos conocían también el empleo de lacas procedentes de materias colorantes de origen orgánico, circunstancia que probó de un modo indudable el célebre químico inglés Davy por el análisis de pinturas y adornos de antiguos monumentos romanos y pompeyanos. Hoeffer aseguró que los colores utilizados en los jeroglíficos que adornan las cajas de las momias egipcias son también de naturaleza orgánica.
Adentrándonos más en los colores usados por pintores de la historia de la pintura encontramos a partir del siglo XV:
el gran genio de la época, Leonardo da Vinci, que es quien ensaya y crea nuevos tonos de color, que gracias a sus teorías y definiciones influirá irremediablemente en la historia del arte universal. Afirma que el verdadero color de una cosa se encuentra en la parte que no ha sido afectada por sombras o brillo.
Para Leonardo, el blanco no era color sino potencia receptiva de todo color, además defiende que la pintura es la madre de las líneas visuales. Dentro de su legado existen dos teorías: una sobre la perspectiva, basada en las dimensiones del cuerpo humano y otra sobre el arte de aplicar colores llamada Tratado de la pintura, aquí afirma que el que huye de las sombras huye de la gloria del arte de los espíritus nobles.
Otro grande que se une a da Vinci es Rafael, quien deslumbró con sus perfecciones de la pintura religiosa, ocupando el color en su pura expresión, sobre todo al aplicar la delicadeza de sus tonos suaves producidos casi por "la gracia divina".
El siglo XVII fue para muchos el siglo de la luz para los estudios de óptica, pero el de la oscuridad para el color, esto debido a que mientras Newton revelaba la verdad sobre el color, la ropa de nobles y aristócratas europeos se teñía de negro, principalmente los protestantes de Países Bajos. Así fue como el tenebrismo se extendió desde Roma hacia toda Europa gracias a Caravaggio.
Un contemporáneo del renacimiento es Petrus Pablus Rubens, un apasionado de la vida, la luz y el color. Una vez independizado de sus orígenes, Rubens evoluciona de colores profundos y sombríos hacia las claridades, según historiadores este cambio se produjo cuando abandonó Holanda y se convierte en católico al emigrar hacia Roma.
Hay que destacar la notable expresión en diferentes estilos a tres españoles: Diego Velázquez, Doménicus El Greco y Francisco Goya.
En Velazquez destaca la luz engendradora de color, concepto que queda de manifiesto en su obra “Las meninas” , refleja la variedad de luces que diferencian las imágenes por su color. Sobre el acento barroco hace que cada cosa, cada ser, tenga su valor pictórico.
El Greco, de origen griego, pero formado bajo tradiciones españolas supo reflejar la disonancia de la vida moderna, anticipándose a ella. Con su melancolía y retraimiento característico daba el místico tono a su pintura. Su dialéctica pasa del dominio dramático al lirismo pictórico.
Francisco Goya, es quien utiliza la vitalidad y frescura de los colores luminosos para expresar el sentimiento nacional de su arte. A él pertenece la llamada Pintura Negra que se refleja especialmente en la “Quinta del sordo”, la cual para muchos significa el duelo del pintor mientras que para otros, su protesta contra los males de la sociedad.
En cuanto a pintura moderna hay que hablar de Eugene Delacroix, no tanto por su colorido sino por su individualismo y espíritu de libertad. Su pintura, poética y romántica, logra dominar el color de la sombra y hace de ella uno de sus grandes encantos. La segunda revolución del color se produjo a mediados del siglo XIX con los primeros pintores impresionistas franceses.
Al impresionismo le influye, entre otras, el genial Esbozo de una teoría de los colores de Goethe, que reivindica el color desde el lenguaje simbólico, revelador subjetivo de los misterios humanos, enemigo del dogma y de la especulación sinestésica. Esto es, más allá de la rigidez de las técnicas y de lo simple de la luz y de la sombra, es un arte salido de la inspiración genial y del conocimiento científico.
Siendo tan amplio y trascendente, el impresionismo toma su nombre de la pintura “Impresión: amanecer” que Claude Monet presenta en París en 1876. Trata de una escuela que privilegia el color sobre el dibujo y evita toda oscuridad que sugiere el negro, por eso su gran lema “el negro no existe”.
fuente: breve resumen del capítulo historia del color en la historia de la pintura de introducción al color, Jose María Gonzalez Cuasante. y otras paginas web sobre teoría del arte.
domingo, 7 de febrero de 2010
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