sábado, 20 de marzo de 2010
Armonía de los colores
Armonizar, significa coordinar los diferentes valores que el color adquiere en una composición. Cuando, en una composición, todos los colores tienen una parte común al resto de los colores componentes. Las combinaciones en las que se utilizan modulaciones de un mismo tono, o también de diferentes tonos, son armónicas, pero que en su mezcla mantienen unos parte de los mismos pigmentos de los restantes.
En las artes visuales, las cualidades expresivas constituyen un importante objeto de estudio en el campo del color. Se intentó clasificar todos los valores del color en un sistema universalmente valido y objetivo. Los primeros sistemas eran bidimensionales: describían la secuencia y las relaciones recíprocas de los tintes mediante un círculo. Mas tarde cuando el color se determinaba en tres dimensiones- tinte-claridad-saturación- se incorporaron esquemas tridimensionales. Existe una diferencia entre los esquemas de color de forma regular, y los de forma irregular que hay hoy en día. Estos sistemas sirven para dos fines: lograr que cualquier color pueda identificarse objetivamente, e indicar cuales colores armonizan entre sí.
La armonía es esencial ya que si han de relacionarse entre si todos los colores de una composición, deben ajustarse a un todo unificado.
El principio de la armonía describe una composición de colores como un conjunto donde todo se ajusta a todo.
La teoría tradicional de la armonía del color se refiere solo a la obtención de conexiones y al hecho de evitar separaciones entre los colores.
En todas las armonías cromáticas se pueden observar tres colores: uno dominante, otro tónico y por último otro de mediación.
Dominante: Es el más neutro y de mayor extensión, sirve para destacar los otros colores que conforman nuestra composición gráfica, especialmente al opuesto.
El tónico: Es el complementario del color de dominio, es el mas potente en color y valor, y el que se utiliza como nota de animación o audacia en cualquier elemento.
El de mediación: Actúa como conciliador y modo de transición entre cada uno de los dos anteriores, suele tener una situación en el circulo cromático cercano a la de color tónico.
Por ejemplo: en una composición armónica cuyo color dominante sea el amarillo, y el violeta sea el tónico, el mediador puede ser el rojo si la sensación que queremos transmitir sea de calidez, o un azul si queremos que sea más bien fría.
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